...Barco quieto
No te vayas, te lo pido,
de esta casa nuestra donde hemos vivido.
Qué nostalgia te puedes llevar
si de la ventana no vemos el mar.
Y afuera llora la ciudad
tanta soledad.
Todo cansa, todo pasa,
y uno se arrepiente de estar en su casa,
y de pronto se asoma a un rincón
a mirar con lástima su corazón.
Y afuera llora la ciudad
tanta soledad.
No te vayas,
quédate.
que ya estamos de vuelta de todo
y esta casa es nuestro modo
de ser.
Tantas charlas, tanta vida,
tanto anochecer con olor a comida
son una eternidad familiar
que en un solo día no puede cambiar.
Y afuera llora la ciudad
tanta soledad.
Estos muros, estas puertas,
no son de mentiras, son el alma nuestra,
barco quieto, morada interior
que viviendo hicimos, igual que el amor.
Y afuera llora la ciudad
tanta soledad.
Un saludo...Gracias por entrar en este nuestro taller
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